miércoles, 25 de febrero de 2015

Los once motivos que nos conducen a la infidelidad

Pese a que la diferencia entre estudios es importante, la mayoría coincide en apuntar que entre el 40 y el 50 por ciento de los adultos ha sido infiel alguna vez en su vida. La cifra varía según los países. En España la última encuesta del CIS, de 2008, apuntaba a que el 20% de los españoles, hombres y mujeres, habían tenido alguna relación sexual con alguien que no era su pareja en ese momento, pero los sociólogos insisten en que la cifra debe ser a la fuerza mucho mayor, y podría estar aumentando.

Las nuevas tecnologías están acelerando la aparición de prácticas que no sabemos cómo calificarAunque Internet no hace que la inclinación que nos lleva a ser infieles aumente, sí es cierto que facilita su práctica. En los últimos años, de hecho, han proliferado los portales que ofrecen explícitamente servicios para tener relaciones extra-matrimoniales. Y están teniendo éxito. Además, las nuevas tecnologías están acelerando la aparición de prácticas hasta ahora desconocidas que no sabemos como calificar. ¿Se considera una infidelidad tener un encuentro de tono sexual a través de una webcam? ¿El consumo masivo de pornografía? ¿Flirtear con otra persona por chat?
¿Qué es exactamente ser infiel?

La definición de infidelidad no ha cambiado en absoluto con la llegada de Internet. Ser infiel, es simplemente, romper la confianza de la pareja cuando se mantienen secretos alejados de la intimidad conyugal. En definitiva, somos infieles a nuestra pareja cuando le mentimos de manera consciente y a sabiendas de que nuestro comportamiento no es el correcto.

Es conveniente hablar con la pareja sobre qué toleramos en nuestra relación y qué noEsteban Cañamares, psicólogo y sexólogo experto en relaciones de pareja, es claro al respecto: “Qué practicas son consideradas como una infidelidad y cuáles no, es algo que decide cada pareja, a través de unas normas, explícitas o implícitas, aceptadas al respecto”. El problema es que, muchas veces, estas “normas” no quedan claras y, en cualquier caso, Internet puede dar lugar a muchos malentendidos. “Es una pena”, explica Cañamares, “que muchas parejas no hablen abiertamente de esto, pues es conveniente saber hasta dónde puede llegar cada uno”.

La infidelidad, igual en hombres y mujeres

Al margen de las herramientas utilizadas para ser infiel, las razones por las que engañamos a nuestra pareja siguen siendo las mismas de siempre. “Lo que nos lleva a ser infiel”, explica Cañamares, “es siempre nuestro impulso natural al sexo”. En este sentido el psicólogo recuerda que el ser humano tiene “una programación contradictoria”, por un lado quiere una pareja estable para formar una familia, pero por otro quiere satisfacer todos sus deseos sexuales, que muchas veces incluyen a más de un sujeto.

No puede haber muchos hombres infieles si no hay mujeres para serloLo que sí parece claro, por mucho que haya ideas preconcebidas que insistan en lo contrario, es que los motivos que llevan al hombre a ser infiel son los mismos que los de las mujeres. Cañamares tiene una idea clara al respecto: “No puede haber muchos hombres infieles si no hay mujeres para serlo”.

Los motivos para ser infiel parten de nuestros impulsos, pero son variados. Aunque cada caso tiene componentes específicos, en las consultas se repiten una y otra vez las mismas razones. Robert Weiss, uno de los más reputados psicoterapeutas estadounidense especialista en relaciones de pareja, ha elaborado, para la publicaciónPsych Central, una lista de los motivos psicológicos subyacentes en los casos de infidelidad que ha tratado a lo largo de 20 años de experiencia clínica que, en muchos casos, se pueden dar de manera simultánea.


¿Cómo superar una ruptura sentimental?



 Publicado por BEATRIZ G.PORTALATÍN  en Elmundo.es

"Besos que vienen riendo, luego llorando se van, y en ellos se va la vida, que nunca más volverá". Así hablaba Miguel de Unamuno del desamor. Pero aunque a veces parezca que ahogue o apriete demasiado, dicen que de amor ya no se muere. Que todos, y hasta en las peores condiciones posibles, podemos superar una ruptura sentimental, sólo hay que aceptarlo, y decidir empezar de nuevo.

Patricia Ramírez Loeffler, psicóloga especialista en deporte de alto rendimiento, trastornos de ansiedad y parejas, dedica un capítulo de su último libro, ¿Por qué ellos sueñan con ser futbolistas y ellas princesas? (Espasa), a hablar del desamor. Asegura que el dolor no es proporcional a los años de relación, sino que tiene ver con otros factores como el grado de enamoramiento, complicidad y adoración hacia la otra persona, y con los recursos y experiencias que uno tenga. Es decir, si alguien ya ha pasado por una situación similar, sabe que la vida sigue: tengo familia, tengo amigos y recursos suficientes para poder superarlo.

Fases de una ruptura

Las fases de una ruptura, con sus matices y distancias, según los expertos, son similares a las de un duelo. "En ocasiones, es incluso más doloroso pues cuando alguien muere, la carpeta se cierra, mientras que en la ruptura sabes que la persona está ahí, pero que ya no quiere estar contigo", sostiene Ramírez.

Algunos autores y manuales hablan hasta de cinco fases. Ana Sierra, psicóloga y terapeuta sexual y de pareja, explica qué sucede en cada una de ellas. "Una primera fase sería la de negación, donde no aceptamos que la relación se haya terminado, y tenemos todavía esperanza de poder recuperar a esa persona. La segunda, sería la de enfado, rabia e ira, en la que se buscan las razones de lo ocurrido, tanto en ti (qué habré hecho mal) como en la otra persona. Después, vendría la fase de negociación, en la cual empiezas ya a buscar soluciones. La cuarta abarca un periodo donde se experimenta la tristeza y el dolor en sí, y se quiere llorar ese dolor. Y por último, viene la de aceptación, en la cual se asume lo que ha pasado". Algunos autores exponen también una sexta fase: la asimilación. En ella, todo está superado, asimilado, y puedes hablar de ello sin emocionarte.

Según los manuales de Psiquiatría o Psicología, menciona Ramírez, efectivamente hay un tiempo de duelo que puede durar hasta dos años, pero realmente, ese tiempo es muy relativo y personal. Sin embargo, "tú puedes adelantar ese proceso, manteniendo una actitud activa y no dejando que lo sucedido bloquee tu vida". Y si es necesario, pedir ayuda profesional, agrega Sierra, y cuanto antes, mejor.

La clave está, sobre todo, en aceptar la situación, en reconocer que la historia ha terminado y saber poner el punto final. No fijes tu objetivo en recuperar, dice Ramírez, sino en aceptar: "No supliques amor a la otra persona, no pidas amor a quien ya no quiere estar contigo" porque, "las parejas son para disfrutarse, no para sufrir", asegura tajante.

"La ruptura sentimental es uno de los acontecimientos más estresantes, de cambio, que vivimos", afirma Juan Macías, psicólogo y especializado en terapia de parejas. Tal es así que, según un estudio sobre verbalizaciones, El significado psicológico de una ruptura de pareja significativa en jóvenes universitarios (Psicología Iberoamericana, vol. 20, núm. 2, julio-diciembre, 2012), revela que este acontecimiento suele ser un evento esencialmente, asociado con sentimientos y emociones negativas. De hecho, expone el experto, de las 176 palabras utilizadas por la muestra del estudio, sólo 20 se podrían considerar positivas. Tales como aceptación, resignación, aprendizaje, seguimiento, respeto y crecimiento. Y la mayoría, "aluden a una recuperación, lo cual indica la necesidad de atravesar por un proceso de duelo y así poder alcanzar un crecimiento personal", indica.

En el otro extremo, están las personas que dejan a sus parejas, aquellas que deciden cortar la relación. Ellas también sufren, ya que han dejado a alguien a quien querían mucho y no querían hacer daño. En este caso, explica Sierra, lo que habría que trabajar es el sentimiento de culpa, la autoestima y el desapego porque cada uno ha de responsabilizarse de su dolor, y de cómo lo vive: "No por evitar un dolor ajeno tengo que hacérmelo a mí, por ejemplo, siguiendo con una relación que no deseo". En otros casos, donde la ruptura es de mutuo acuerdo, el dolor se vive de forma diferente y está mucho más repartido. Es importante, añade Macías, las formas y los plazos para llevar acabo la ruptura. En general, es más complicado cuando la ruptura es algo brusco y una de las partes no espera que suceda. Por ejemplo, hay parejas que se dan un tiempo, un respiro, o segundas y tercera oportunidades, con lo que en estos casos, la ruptura definitiva no te pilla tan de sorpresa, porque ya hay indicios que sugieren que puede tener cabida.

Claves para superarlo

Los conflictos de pareja y las rupturas están cada vez más presentes en las consultas españolas. "Lo que más trato son trastornos de ansiedad y problemas de parejas. Veo a mucha gente sufrir por temas de desamor, de manera muy honda y profunda", confiesa Ramírez.

En estas terapias, "lo que yo hago es trabajar sobre todo con las creencias y el control de estímulos", declara Sierra. Es decir, hay que controlar lo que nos hace avivar la llama del dolor. Hay que parar y controlar las cosas que nos recuerdan a esa persona, por ejemplo: no torturarte una y otra vez con esa canción. Y por supuesto, hay que trabajar y recomponer la autoestima dañada.

Pero, ¿cuáles son las claves para querer volver de nuevo a recuperar tu vida? Lo primero es desterrar el viejo refrán de que una mancha de mora con otra se quita, porque lo mejor, indica Sierra, no es buscar cuanto antes una pareja, ya que en ese caso estarías sustituyendo el afecto que falta y puede generar una cierta dependencia.

El objetivo, añade Ramírez, no es el de enamorarse otra vez, sino el de saber vivir contigo mismo, saber disfrutar y saber sentirse bien. "Si tú quieres tener una pareja, lucha por ello, pero sal, conoce gente, vístete de forma diferente, aumenta tu grupo de amigos y de actividades... Eso no quita para que en el tiempo de transición entre una pareja y otra aprendas y sepas disfrutar de ti mismo". Además, advierte que "si te obsesionas mucho en buscar pareja, será tu principal barrera: echas toda tu energía en esa búsqueda y dejas escapar cosas que están pasando a tu alrededor".

Lo fundamental, aconseja esta experta, es atreverse a hacer cosas que antes no hacías (prueba, por ejemplo, ir al cine tú solo y experimenta que puede ser algo muy positivo) aumenta tus fuentes de bienestar, date caprichos, invierte tiempo en ti. Otro aspecto importante es apoyarse en la gente que te quiere, pero sin monopolizar toda la conversación en la ruptura porque acabarías cansando.

En definitiva, la clave consiste en que "a pesar del sufrimiento sigas activo, hagas cosas, no te quedes viendo la vida pasar. No se trata de ser un superhombre o una supermujer, simplemente poner de tu parte para que el dolor desaparezca cuanto antes", concluye Ramírez.