La infidelidad está entendida teóricamente como la ruptura de un compromiso de exclusividad amorosa y sexual con la pareja, incumpliendo con el acuerdo de monogamia que se suele establecer en las relaciones sentimentales.
Belkis Carrillo, psicólogo y terapeuta cognitivo conductual, miembro de Espacio Terapéutico explicó: “La infidelidad es la ruptura de un pacto consigo mismo acerca de lo que le hace feliz o le genera bienestar; es tolerar actitudes y situaciones que no le gustan en la relación de pareja y que además le hacen infeliz, iniciando de ese modo la infidelidad con su propia vida, lo que traerá como consecuencia que se refleje afuera, en lafigura de un amante”.
“Además de la infelicidad – continúo Carrillo- con lo que se está haciendo y sintiendo con la pareja, debido a que el sexo, la comunicación o los proyectos en común están mal, algunos factores como: una patología sexual que los haga de manera inconsciente buscar sexo de forma indiscriminada y; algún patrón disfuncional de familia en el que ésta situación se inculcó como una conducta permitida -padres infieles-, predisponen a la infidelidad en las relaciones”.
Ansiedad, rabia, tristeza, dolor, entre otros, son los sentimientos que brotan como consecuencia de una infidelidad, independientemente de la posición en la que se encuentre el individuo, no obstante, algunas técnicas pueden ayudar a sobrellevar la situación.
“El primer paso para afrontarla, es aceptar que somos humanos, que sentir dolor y tristeza es propio de nuestra esencia, darse el permiso de llorar y de expresar el dolor; luego hacer un ejercicio profundo de auto observación en el que se evalúen las fallas personales”.
“Asimismo, observar la relación que se tenía con esa persona y cuáles eran sus acuerdos, sobre todo para poder darse cuenta de si eran realistas, si existían; y por último, evaluar cuál es el compromiso de ambos en recuperar la relación o determinar si es el fin de la misma, recomendó Carrillo”.
“Algunas situaciones –enfatizó carrillo- pueden alertar que es necesario acudir a un terapeuta, entre ellas están: Cuando se empieza a justificar a sí mismo por ser infiel argumentando que su pareja no le da esto o lo otro. Cuando sabe y siente que ya no ama a una persona y aun así se le es difícil dejarlo ir. Si hay hijos de por medio que están sufriendo las consecuencias. Si le entusiasma más estar sólo que con su pareja. Y si no existe alguna de estas tres bases en su relación: sexo, comunicación y propósitos en común.
Es importante comprender que cada caso de infidelidad es único, que perdonar o no, es una decisión personal. Sin embargo, lo que sí se debe tomar en cuenta al reconstruir una relación es que esa infidelidad tuvo causas que deben ser atendidas y sanadas; de lo contrario jamás van a lograr una relación saludable. Amar no es soportar, si tu pareja tiene o hace algo que no es negociable, puedes seguir amándolo e irte de su lado, esto es preferible antes de convertirte en alguien deshonesto, rencoroso y/o sin autoestima, concluyó Carrillo”.
http://www.lanacion.com.ve/reportajes-y-especiales/por-que-la-infidelidad-en-la-pareja/
Amores y desamores
Este es un blog para conversar sobre las historias de amor y de desamor que ocurren en nuestros días. Está abierto a todos aquellos que busquen expresar sus sentimientos, compartir inquietudes e historias....
martes, 28 de abril de 2015
miércoles, 25 de febrero de 2015
Los once motivos que nos conducen a la infidelidad
Pese a que la diferencia entre estudios es
importante, la mayoría coincide en apuntar que entre el 40 y el 50 por ciento
de los adultos ha sido infiel alguna vez en su vida. La cifra varía según los
países. En España la última encuesta del CIS, de 2008, apuntaba a que el 20% de
los españoles, hombres y mujeres, habían tenido alguna relación sexual con alguien
que no era su pareja en ese momento, pero los sociólogos insisten en que la
cifra debe ser a la fuerza mucho mayor, y podría estar aumentando.
Las nuevas tecnologías están acelerando la
aparición de prácticas que no sabemos cómo calificarAunque Internet no hace que
la inclinación que nos lleva a ser infieles aumente, sí es cierto que facilita
su práctica. En los últimos años, de hecho, han proliferado los portales que
ofrecen explícitamente servicios para tener relaciones extra-matrimoniales. Y están
teniendo éxito. Además, las nuevas tecnologías están acelerando la aparición de
prácticas hasta ahora desconocidas que no sabemos como calificar. ¿Se considera
una infidelidad tener un encuentro de tono sexual a través de una webcam? ¿El
consumo masivo de pornografía? ¿Flirtear con otra persona por chat?
¿Qué es exactamente ser infiel?
La definición de infidelidad no ha cambiado en
absoluto con la llegada de Internet. Ser infiel, es simplemente, romper la
confianza de la pareja cuando se mantienen secretos alejados de la intimidad
conyugal. En definitiva, somos infieles a nuestra pareja cuando le mentimos de
manera consciente y a sabiendas de que nuestro comportamiento no es el
correcto.
Es conveniente hablar con la pareja sobre qué
toleramos en nuestra relación y qué noEsteban Cañamares, psicólogo y sexólogo
experto en relaciones de pareja, es claro al respecto: “Qué practicas son
consideradas como una infidelidad y cuáles no, es algo que decide cada pareja,
a través de unas normas, explícitas o implícitas, aceptadas al respecto”. El
problema es que, muchas veces, estas “normas” no quedan claras y, en cualquier
caso, Internet puede dar lugar a muchos malentendidos. “Es una pena”, explica
Cañamares, “que muchas parejas no hablen abiertamente de esto, pues es
conveniente saber hasta dónde puede llegar cada uno”.
La infidelidad, igual en hombres y mujeres
Al margen de las herramientas utilizadas para ser
infiel, las razones por las que engañamos a nuestra pareja siguen siendo las
mismas de siempre. “Lo que nos lleva a ser infiel”, explica Cañamares, “es
siempre nuestro impulso natural al sexo”. En este sentido el psicólogo recuerda
que el ser humano tiene “una programación contradictoria”, por un lado quiere
una pareja estable para formar una familia, pero por otro quiere satisfacer
todos sus deseos sexuales, que muchas veces incluyen a más de un sujeto.
No puede haber muchos hombres infieles si no hay
mujeres para serloLo que sí parece claro, por mucho que haya ideas
preconcebidas que insistan en lo contrario, es que los motivos que llevan al
hombre a ser infiel son los mismos que los de las mujeres. Cañamares tiene una
idea clara al respecto: “No puede haber muchos hombres infieles si no hay
mujeres para serlo”.
Los motivos para ser infiel parten de nuestros
impulsos, pero son variados. Aunque cada caso tiene componentes específicos, en
las consultas se repiten una y otra vez las mismas razones. Robert Weiss, uno
de los más reputados psicoterapeutas estadounidense especialista en relaciones
de pareja, ha elaborado, para la publicaciónPsych Central, una lista de los
motivos psicológicos subyacentes en los casos de infidelidad que ha tratado a
lo largo de 20 años de experiencia clínica que, en muchos casos, se pueden dar
de manera simultánea.
¿Cómo superar una ruptura sentimental?
"Besos
que vienen riendo, luego llorando se van, y en ellos se va la vida, que nunca
más volverá". Así hablaba Miguel de Unamuno del desamor. Pero aunque a
veces parezca que ahogue o apriete demasiado, dicen que de amor ya no se muere.
Que todos, y hasta en las peores condiciones posibles, podemos superar una
ruptura sentimental, sólo hay que aceptarlo, y decidir empezar de nuevo.
Patricia
Ramírez Loeffler, psicóloga especialista en deporte de alto rendimiento,
trastornos de ansiedad y parejas, dedica un capítulo de su último libro, ¿Por
qué ellos sueñan con ser futbolistas y ellas princesas? (Espasa), a hablar del
desamor. Asegura que el dolor no es proporcional a los años de relación, sino
que tiene ver con otros factores como el grado de enamoramiento, complicidad y
adoración hacia la otra persona, y con los recursos y experiencias que uno
tenga. Es decir, si alguien ya ha pasado por una situación similar, sabe que la
vida sigue: tengo familia, tengo amigos y recursos suficientes para poder
superarlo.
Fases de
una ruptura
Las fases
de una ruptura, con sus matices y distancias, según los expertos, son similares
a las de un duelo. "En ocasiones, es incluso más doloroso pues cuando
alguien muere, la carpeta se cierra, mientras que en la ruptura sabes que la
persona está ahí, pero que ya no quiere estar contigo", sostiene Ramírez.
Algunos
autores y manuales hablan hasta de cinco fases. Ana Sierra, psicóloga y
terapeuta sexual y de pareja, explica qué sucede en cada una de ellas.
"Una primera fase sería la de negación, donde no aceptamos que la relación
se haya terminado, y tenemos todavía esperanza de poder recuperar a esa
persona. La segunda, sería la de enfado, rabia e ira, en la que se buscan las
razones de lo ocurrido, tanto en ti (qué habré hecho mal) como en la otra
persona. Después, vendría la fase de negociación, en la cual empiezas ya a
buscar soluciones. La cuarta abarca un periodo donde se experimenta la tristeza
y el dolor en sí, y se quiere llorar ese dolor. Y por último, viene la de
aceptación, en la cual se asume lo que ha pasado". Algunos autores exponen
también una sexta fase: la asimilación. En ella, todo está superado, asimilado,
y puedes hablar de ello sin emocionarte.
Según los
manuales de Psiquiatría o Psicología, menciona Ramírez, efectivamente hay un
tiempo de duelo que puede durar hasta dos años, pero realmente, ese tiempo es
muy relativo y personal. Sin embargo, "tú puedes adelantar ese proceso,
manteniendo una actitud activa y no dejando que lo sucedido bloquee tu
vida". Y si es necesario, pedir ayuda profesional, agrega Sierra, y cuanto
antes, mejor.
La clave
está, sobre todo, en aceptar la situación, en reconocer que la historia ha
terminado y saber poner el punto final. No fijes tu objetivo en recuperar, dice
Ramírez, sino en aceptar: "No supliques amor a la otra persona, no pidas
amor a quien ya no quiere estar contigo" porque, "las parejas son
para disfrutarse, no para sufrir", asegura tajante.
"La
ruptura sentimental es uno de los acontecimientos más estresantes, de cambio,
que vivimos", afirma Juan Macías, psicólogo y especializado en terapia de
parejas. Tal es así que, según un estudio sobre verbalizaciones, El significado
psicológico de una ruptura de pareja significativa en jóvenes universitarios
(Psicología Iberoamericana, vol. 20, núm. 2, julio-diciembre, 2012), revela que
este acontecimiento suele ser un evento esencialmente, asociado con
sentimientos y emociones negativas. De hecho, expone el experto, de las 176
palabras utilizadas por la muestra del estudio, sólo 20 se podrían considerar
positivas. Tales como aceptación, resignación, aprendizaje, seguimiento,
respeto y crecimiento. Y la mayoría, "aluden a una recuperación, lo cual
indica la necesidad de atravesar por un proceso de duelo y así poder alcanzar
un crecimiento personal", indica.
En el
otro extremo, están las personas que dejan a sus parejas, aquellas que deciden
cortar la relación. Ellas también sufren, ya que han dejado a alguien a quien
querían mucho y no querían hacer daño. En este caso, explica Sierra, lo que
habría que trabajar es el sentimiento de culpa, la autoestima y el desapego
porque cada uno ha de responsabilizarse de su dolor, y de cómo lo vive:
"No por evitar un dolor ajeno tengo que hacérmelo a mí, por ejemplo,
siguiendo con una relación que no deseo". En otros casos, donde la ruptura
es de mutuo acuerdo, el dolor se vive de forma diferente y está mucho más
repartido. Es importante, añade Macías, las formas y los plazos para llevar
acabo la ruptura. En general, es más complicado cuando la ruptura es algo
brusco y una de las partes no espera que suceda. Por ejemplo, hay parejas que
se dan un tiempo, un respiro, o segundas y tercera oportunidades, con lo que en
estos casos, la ruptura definitiva no te pilla tan de sorpresa, porque ya hay
indicios que sugieren que puede tener cabida.
Claves
para superarlo
Los
conflictos de pareja y las rupturas están cada vez más presentes en las consultas
españolas. "Lo que más trato son trastornos de ansiedad y problemas de
parejas. Veo a mucha gente sufrir por temas de desamor, de manera muy honda y
profunda", confiesa Ramírez.
En estas
terapias, "lo que yo hago es trabajar sobre todo con las creencias y el
control de estímulos", declara Sierra. Es decir, hay que controlar lo que
nos hace avivar la llama del dolor. Hay que parar y controlar las cosas que nos
recuerdan a esa persona, por ejemplo: no torturarte una y otra vez con esa
canción. Y por supuesto, hay que trabajar y recomponer la autoestima dañada.
Pero,
¿cuáles son las claves para querer volver de nuevo a recuperar tu vida? Lo
primero es desterrar el viejo refrán de que una mancha de mora con otra se
quita, porque lo mejor, indica Sierra, no es buscar cuanto antes una pareja, ya
que en ese caso estarías sustituyendo el afecto que falta y puede generar una
cierta dependencia.
El
objetivo, añade Ramírez, no es el de enamorarse otra vez, sino el de saber
vivir contigo mismo, saber disfrutar y saber sentirse bien. "Si tú quieres
tener una pareja, lucha por ello, pero sal, conoce gente, vístete de forma
diferente, aumenta tu grupo de amigos y de actividades... Eso no quita para que
en el tiempo de transición entre una pareja y otra aprendas y sepas disfrutar
de ti mismo". Además, advierte que "si te obsesionas mucho en buscar
pareja, será tu principal barrera: echas toda tu energía en esa búsqueda y
dejas escapar cosas que están pasando a tu alrededor".
Lo
fundamental, aconseja esta experta, es atreverse a hacer cosas que antes no
hacías (prueba, por ejemplo, ir al cine tú solo y experimenta que puede ser
algo muy positivo) aumenta tus fuentes de bienestar, date caprichos, invierte
tiempo en ti. Otro aspecto importante es apoyarse en la gente que te quiere,
pero sin monopolizar toda la conversación en la ruptura porque acabarías
cansando.
En
definitiva, la clave consiste en que "a pesar del sufrimiento sigas
activo, hagas cosas, no te quedes viendo la vida pasar. No se trata de ser un
superhombre o una supermujer, simplemente poner de tu parte para que el dolor
desaparezca cuanto antes", concluye Ramírez.
domingo, 7 de septiembre de 2014
La felicidad es una cuestión de elección personal
¿La felicidad
es una elección que se puede hacer en cualquier momento?. ¿Los pensamientos son
los que hacen que una persona se sienta feliz o desgraciada, o ello solo
depende de las circunstancias por las que atraviesa?. Desde México y en una
entrevista con Infobae, Fernando Menéndez -psicólogo y psicoterapeuta
psico-corporal- explicó la importancia de enfocarse en uno y de entender que la
felicidad no está afuera, ni al lado de otra persona: la felicidad está dentro
de cada persona.
"Todos
decimos que buscamos la felicidad, pero ¿estamos buscando en el lugar
correcto?. Vivimos en
una realidad en la que existen momentos de dolor y momentos de placer, y sucede
que los primeros tratamos de evitarlos, y a los segundos nos apegamos, no
queremos que acaben", explicó Menéndez. "En mi práctica profesional
como psicoterapeuta, constato día a día cómo vivimos alienados de nosotros
mismos y de lo que sentimos, dándole preponderancia a nuestras fantasías, a
nuestras ilusiones, a lo que nos gustaría llegar a ser y no somos... esto
acompañado de desilusión, frustración, ganas de cambiar y controlar lo que
sucede, pero no aceptando y abrazando lo que somos, en dónde estamos, con
quién estamos, el aquí-ahora, que es en donde están nuestras lecciones de
vida", sostuvo Menéndez.
"Vivimos
en una sociedad contaminada de propaganda, excesos, estímulos que invitan al
consumo, a lo externo, a lo inalcanzable; buscamos el placer inmediato, pero
esto trae un sentimiento de vacío constante, y andamos entre la necesidad de
llenar ese vacío con experiencias de gratificación inmediata y volver a
sentirnos vacíos otra vez, sin encontrar la solución", afirmó el
entrevistado, quien a continuación brindó los 10 consejos para buscar a la
felicidad en el lugar adecuado:
1- Reconocer
que la felicidad no se encuentra fuera de ti, sino dentro de ti. Desde pequeños nos entrenan a buscar afuera la
felicidad, y esto genera que esté condicionada a las circunstancias externas,
las que están fuera de nuestro control, generando frustración, en lugar de
buscarla dentro de nosotros mismos.
2- Regresar
al aquí y ahora. Hacemos todo
lo posible por distraernos del momento presente: usamos los medios masivos
(televisión, internet, redes sociales...) buscando darle sentido a nuestra
experiencia, y nos cuesta trabajo simplemente estar presentes en nosotros
aceptando lo que hay. Vivimos constantemente preocupados por circunstancias que
no podemos cambiar, e incluso, por experiencias que ya son del pasado, en lugar
de vivir lo que hay en el aquí y ahora. Si logramos permanecer en el aquí y ahora,
esto nos va a llevar a vivir con mayor plenitud, disfrutando los momentos de
gozo y aprendiendo de los difíciles.
3- Aceptar la
experiencia como viene, sin querer cambiarla o modificarla. Constantemente juzgamos nuestra
experiencia y la de los demás, queriendo que ciertas cosas que nos causan gozo
o placer perduren y otras que nos causan dolor de algún tipo, cambien, no
permanezcan. Esto provoca que no podamos aprender de la experiencia de cada
momento.
4- Dar vida a
los propios sueños. La vida es experiencia;
no dejes que tu vida corra sólo por tu mente, y que tus sueños se mantengan
siendo sueños, ¡atrévete a actuar!; lo único que hay que perder es la idea que
te has creado de las cosas, expande tus horizontes.
5- Aceptar
versus controlar. Buscar
controlar nos mantiene esclavos de eso que queremos controlar, ya sean
emociones, pensamientos o impulsos internos, o bien, pueden ser situaciones
externas o personas cercanas. Queremos controlar a partir de la fantasía de que
podemos cambiar o modificar lo que sucede dentro o fuera de nosotros, y eso
genera tensión y estrés. En cambio la aceptación nos lleva a una reconciliación
con lo que hay, dentro y fuera; es hacer la paz con lo que hay y permitir la
experiencia en su totalidad, lo cual nos devuelve a la armonía.
6- Soltar la
auto-importancia. La
auto-importancia es nuestro peor enemigo: pasamos la vida sintiéndonos
ofendidos por los actos de los demás, tomando todo lo que sucede de manera
personal. ¡Suelta la auto-importancia! Haz lo mejor que puedas a cada momento y
no le des importancia. Los éxitos y los fracasos externos tienen tanta
importancia como tú se la des, es una fantasía; nosotros decidimos a qué le
damos valor, y ciertamente, si le das mucha importancia a tus fracasos vas a
ser infeliz.
7- Encontrar
un espacio para estar con uno mismo. Suelta el miedo a estar solo, piensa en lo que te gusta hacer y atrévete a
hacerlo. Ábrete a la posibilidad de disfrutar quien eres y lo que te gusta
hacer, sin depender de nada ni de nadie.
8- Observar
los miedos propios, pero no dejar que te limiten. Todos tenemos una historia personal y
miedos relacionados a esta. Al reconocer tus miedos, trata de observar lo
irracional de los mismos, reconoce cómo te limitan y déjate sentirlos; no
quieras controlarlos, ni pretendas hacer que no están o no existen: la forma de
integrarlos va a ser dejarte sentirlos sin juicio. En tu experiencia diaria,
trata de no darles un valor agregado, reconócelos y sigue adelante.
9- No usar
excusas, reconocer lo que uno hizo sin juzgarlo. La madurez se mide por la voluntad de
hacerte responsable de tus acciones, sin excusarlas, ya que has hecho lo mejor
posible para cada situación. La inmadurez implica tener que dar excusas por tus
acciones, tratando de convencer al otro y a ti mismo que hiciste lo correcto,
cuando en el fondo sabes que no fue así. La excusa es el refugio de la
auto-indulgencia.
10- Enfocarse
en el SER en lugar de en el TENER. Ya en el siglo pasado, Erich Fromm había expresado la tesis de que en la
sociedad industrial en que vivimos, el hombre se ha habituado a vivir bajo el
supuesto de que "quien no tiene, no es". Nuestra sociedad consumista
ha enfatizado cada vez más esto, llevándonos a anhelar lo que no tenemos, a
buscar ser quienes no somos: en pocas palabras a vivir frustrados. La verdadera
felicidad está en SER quien eres; nuestro valor está en que todos somos únicos
e irrepetibles y, a la vez, en que compartimos la misma naturaleza.
Aquí, un buen
ejercicio para empezar hoy mismo a poner en práctica estas reglas: "Estar
presente, permitiendo y observando".
Objetivo: Regresar al aquí y ahora; estar cada vez
más presentes; nos permite reconocer nuestra experiencia y facilita la
asimilación de emociones y experiencias conflictivas. *Conéctate con tu
respiración (esto te regresa al cuerpo, al aquí y ahora); analiza cómo te
sientes estando presente mientras observas como inhalas y exhalas; si viene
algún pensamiento o emoción permítelo y déjate estar presente mientras sucede,
sin seguirlo. Empieza haciendo este ejercicio durante 10 minutos diarios y
trata de ir incrementando su duración", indica Menéndez.
*Es importante que procures
traer tu atención a las experiencias en las que estás menos presente, en
las que estás siendo reactivo, como por ejemplo: mientras comes, mientras te
bañas, mientras te lavas los dientes, etc. Son actividades diarias que te
pueden permitir entrenarte a estar más presente. Permítete hacer cada
movimiento de manera lenta, lo suficiente como para que seas consciente de la
acción, en lugar de realizarla en automático, y observa que sientes, qué
piensas, cómo estás respirando", finalizó Menéndez.
miércoles, 23 de noviembre de 2011
Dar las gracias hace más feliz a las personas
Los psicólogos solían subestimar la fuerza de la gratitud. Pero diversos estudios comprobaron que modifica actitudes negativas. Recomiendan hacerlo de manera “personal y profunda”.
Aunque parece bastante obvio que la gratitud es una emoción positiva, durante décadas, los psicólogos casi nunca analizaron las implicaciones del fenómeno de dar gracias. Pero en los últimos años sí lo han hecho, y muchos experimentos les han permitido aprender que es una de las emociones más poderosas de la humanidad. Hace que el que las da se sienta más feliz y puede modificar la propia actitud ante la vida, como un botón para reiniciar los sentidos. En especial en tiempos difíciles como estos.
Más allá de demostrar que ser agradecido ayuda a quien lo es, los psicólogos también intentan dilucidar los procesos químicos que la gratitud produce en el cerebro y las mejores formas de demostrarla.
Michael McCullough, un profesor de psicología de la Universidad de Miami que ha estudiado a la gente a la que se le pide que dé gracias con regularidad, dijo que “cuando haces un alto para contar las bendiciones que has recibido, como que estás secuestrando tu sistema emocional”.
Las investigaciones efectuadas por McCullough y otros encontraron que dar gracias es una emoción poderosa que se alimenta a sí misma, casi el equivalente a ser victorioso. Podría llamársele un círculo virtuoso. El experto dijo que los psicólogos solían subestimar la fuerza de la simple gratitud. “Sí hace más feliz a la gente, es ese sentimiento increíble”.
Una de las razones por las que la gratitud funciona tan bien es que nos conecta con otros, explicó McCullough. Es por eso que, cuando das gracias, debe ser en forma más personal y profunda, en lugar de una simple nota de agradecimiento por un regalo o una rápida acción de gracias antes de tomar alimentos, dicen los psicólogos.
Maryann Troianim, psicóloga del área de Chicago y autora de libros de autoayuda, comentó que poco a poco va introduciendo a sus clientes a la gratitud, a veces simplemente a través de limitar sus quejas a dos por sesión. A la larga, hace que escriban las buenas cosas que les han pasado en una especie de “diarios de gratitud”. “El ser agradecido realmente cambia tu actitud y tu perspectiva sobre la vida”, señaló.
La gente agradecida “se siente más alerta, viva, interesada, entusiasmada. También se siente más conectada con otros”, completó Robert Emmons, un profesor de psicología de la Universidad de California, campus Davis, quien ha escrito dos libros sobre la ciencia de la gratitud, y quien con frecuencia estudia los efectos de esos diarios de gratitud.
“La gratitud también sirve como un amortiguador de estrés”, señaló Emmons en una entrevista por correo electrónico. “La gente agradecida es menos propensa a experimentar envidia, enojo, resentimiento, arrepentimiento y otros estados no placenteros producen estrés”, agregó. AP
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