Por Maibort Petit
El amor no tiene edades. Cuando surgen los sentimientos que nos elevan a otros niveles, y sentimos que las mariposas empiezan a revolotear en nuestros estómagos, buena parte de los seres humanos no andamos pensado en el calendario o pendiente de las partidas de nacimiento.
Suele suceder, sin embargo, que cuando una mujer se siente seducida por un hombre menor que ella, empieza a cuestionarse a si misma, por lo que la sociedad podría pensar de ella.
Ser una "asalta cunas" no es calificativo que para nada atrae, y muy por el contrario, espanta a cualquiera, razón por la cual muchas mujeres dudan en establecer relaciones con parejas más jóvenes por temor al que dirán, o a entusiasmarse demasiado con un amor que probablemente no durará mucho.
Ana Gómez es un fiel ejemplo de una mujer que no se sintió segura, desde el inicio de la relación, del amor que le profesaba José Villalobos. Recién llegada a Miami, Ana visitó a su amiga Mónica con quien compartía, además de una carrera (ambas eran diseñadoras), un gran amistad y experiencias de amores en su natal Caracas. Ana había estado dos veces a punto de casarse, pero a última hora, se había visto obligada a suspender sus compromisos. Esas dos experiencias la habían marcado y tenía temor al amor. No obstante, ese día que visitó a Mónica en la casa de su tía, conoció al primo de su amiga, un apuesto y simpático joven, que se caracterizaba por su sentido del humor, la humildad de su carácter, y en buena medida, una tristeza oculta en sus ojos. En ese primer encuentro, José conversó largo y tendido con Ana, y la hizo reír. Ana se fue muy gratamente sorprendida de aquella casa. Días después, regresó a ver a Mónica, pero en el fondo, también quería ver a José. Ana disfrutó, una vez más, las conversaciones amenas, llenas de bromas y de historias cómicas. Aquel segundo día, Ana sintió una atracción hacia aquel chico que tenia 10 años menos que ella. En unas semanas, Ana y José ya eran amantes, y con la pasión de dos seres que habían permanecido solos por mucho tiempo, se entregaron con locura en uno al otro. Mónica se había sorprendido de lo rapido que habían marchado las cosas entre su amiga y su primo. Ana, vivía una experiencia increíble y empezó a involucrarse sentimentalmente. Confesó a Mónica, entonces, sus miedos. "No me puedo enamorar de un hombre 10 años amas que yo, me siento como una vieja asalta cunas", dijo, sin embargo, en unos meses formalizaron la relación, y posteriormente se casaron. Ana se sintió feliz por un año, pero al segundo año de matrimonio, las diferencias de edad empezaron aparecer, y lo que era normal y divertido para José no tenía gracia para Ana. La pareja que no le dio importancia a la edad, empezó a sentir que había limitaciones y que no compartían los mismos gustos. Al cabo de algunos meses, y tras frecuentes discusiones y conflictos se empezaron hacer daño mutuamente. Todo terminó en un divorcio y en lamentaciones. Afortunadamente no hubo hijos en la relación.
Luego de varios meses Ana le confesó a su amiga Mónica que definitivamente se había dado cuenta lo difícil que era convivir con un hombre cuya diferencia de edad era de 10 años. Son dos generaciones con ambiciones diferentes, comentó.
Un caso exitoso
Contraria a Ana, Sofía Verter si logró permanecer casada con Jorge Londoño que tiene 13 años menos que ella. Se conocieron en un curso de ingles, y se amaron desde el primer momento. Ella tenía 34 anos y él 23. Sin importar el que dirán y la negativa de la familia de Jorge, ambos tomaron la decisión de unir sus vida y de tener familia. 3 hijos y un matrimonio de más de 12 años confirman, en este caso, la tesis que el amor no tiene edades, cuando los sentimientos son verdaderos. "No hay por qué pensar en el calendario cuando se encuentra la pareja perfecta, el alma gemela "aseguro Sofía que quiso compartir su historia positiva con nosotros.