lunes, 11 de octubre de 2010

Amor libre...la moda

Por Maibort Petit

Cuando se habla de amor libre, de amor sin ataduras, sin complicaciones ni reclamos, se esta hablando de una relación -única y exclusivamente- sexual, en la que se puede mezclar un poco de amistad pero no mucho, porque los sentimientos pueden influir en que en el compromiso de evitar COMPROMETERSE como pareja.
Mi amiga Lisa acaba de salir de una relación de amor libre, que duró aproximadamente 3 meses. Ella me cuenta que Rubén, a quien conoció por intermedio de una amiga, empezó a insinuarle sobre los beneficios que tenía el amor libre en el chat de Facebook. Ella sin pensarlo mucho, y por seguirle la corriente, le dijo que ella estaba al tanto, que pensaba que en estos momentos, donde hay un rechazo al compromiso, esa era la mejor vía para evitar la soledad y romper la rutina, aunque sea por unos minutos.

 Así, Lisa, dio luz verde para que Rubén empezada a frecuentarla y tras algunas conversaciones, vinos y bailadas, dieron inicio a una relación donde estaban prohibidas las preguntas, los reclamos, los horarios, los compromisos. No había mañana, solo ya, ni horarios, ni sentimientos, solo el momento. Lisa entró a la moda, y mentalmente se repetía a diario que ese hombre que se deslizaba por sus sabanas, que ese amante que se coleaba en su cama era sólo un ahora.

Con las semanas, Rubén ya era parte de la vida de Lisa, dormían juntos varios días a la semana, se bañaban, desayunaban, muchas veces cenaban o almorzaban, veían películas, disfrutaban de las fiestas y de las salidas a la playa con los amigos. Lisa se estaba acostumbrando a la presencia de Rubén con quien disfrutaba al máximo cada encuentro sexual, y cada minuto. Sin embargo, estaba prohibido sentir en esa relación pues previo acuerdo, ambos habían dado su palabra que no habría drama, y que solo era amor libre.
Lisa, al contrario de Rubén, día a día y sin quererlo, empezó a enamorarse, a sentir, a necesitar de la presencia de su amante, a querer pensar en un mañana, a reclamar su ausencia, a llamarlo por teléfono y a pedirle explicaciones. Tras un viaje de unas semanas al exterior, Rubén regresó y se consiguió que Lisa ya no era la misma chica que le había prometido amor libre, que le reclamó su ausencia, y le pidió un poco de respeto y de seriedad, a lo que Rubén respondió: "Pensé que estábamos claros desde el principio, cero reclamos, cero compromisos, cero sentimientos...solo un disfrute del ya".
Lisa le pidió que se alejara para siempre, lo cual él hizo con mucho placer. Lisa se quedó frustrada de su primera relación de amor libre, llena de ganas de amar a Rubén que se fue para nunca más volver. Ambos no se encontraron más y Lisa quedó convencida que si bien ella quiso jugar a la moda del sexo sin sentimientos, sus valores tradicionales de familia le impedían jugar el rol que  se impone en las sociedades modernas, cuando se habla de relaciones adultas, maduras y pero sobre todo, libres.
Las mujeres y los hombres que asumen relaciones etiquetadas como amor libre, deben de atrofiar cada sentimiento que fluye naturalmente, para evitar que de aflore y se ponga  de manifiesto, en aras de conservar los encuentros sin compromiso. Para una mujer, cuya naturaleza es sentir, le resulta bien cuesta arriba mantenerse en la última moda de los amores...tarde o temprano termina sintiendo, y por ende, queriendo y deseando un compromiso que esta vedado desde el principio. 

1 comentario:

  1. El análisis es muy bueno y el cuento de Lisa y Rubén también, pero por razones personales, lo que mas me interesa es saber su opinión al respecto.
    Yo me confieso pasado de moda en este sentido, el amor, implica compromiso de vida, compromiso de presente y de futuro. El concepto de libertad no esta reñido con el amor, por el contrario, a mi criterio, quien ama y es amado es un ser libre y pleno, quien no ama es un ser incompleto.

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